En el contexto de la península ibérica, la alcazaba (del árabe: القصبة, "al-qaṣabah") era una construcción o recinto fortificado de carácter urbano, cuya función era servir de residencia a un gobernador[1] y defender presumiblemente un lugar determinado y sus contornos, albergando una guarnición que, con frecuencia, conformaba un pequeño barrio militar con viviendas y servicios, constituyendo una ciudadela.[2]
Solían estar asociadas a un alcázar o castillo situado en uno de sus extremos, aunque este era independiente de la propia alcazaba y del resto de la ciudad, y, en caso de asedio, las poblaciones de los núcleos urbanos donde se asentaban buscaban refugio tras las murallas de dichas alcazabas.